¿Qué es el TGD y cómo puede ayudar la cámara hiperbárica a tratarlo?

18 de noviembre de 2020

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Los Trastornos Generalizados del Desarrollo (TGD) son un grupo de alteraciones cognitivas y neuroconductuales asociados que afectan el crecimiento del niño en sus primeros años. Aunque estos trastornos comienzan en la infancia, pueden mantenerse hasta la adultez.

Tienen tres rasgos principales:

  • Deterioro en la socialización.
  • Deterioros en la comunicación verbal y no verbal.
  • Patrones restrictivos y repetitivos de conducta.

El autismo es el TGD más conocido. Sin embargo, no es el único. El Síndrome de Rett, el Síndrome de Arperger, el Trastorno Desintegrativo Infantil y el Trastorno Generalizado del Desarrollo no especificado o autismo atípico también entran en esta clasificación.

El TGD tiene diferentes causas. Una de las más estudiadas es la genética. Existen muchas probabilidades de desarrollar el trastorno si el niño tiene herencia autosómica recesiva o una herencia unida al cromosoma X frágil.

Las infecciones como la rubeola, la sífilis, la toxoplasmosis y la varicela durante el primer trimestre del embarazo también pueden afectar al feto durante su desarrollo. Las complicaciones durante el parto como la isquemia, la hipoxia o una hemorragia intracraneal pueden provocar un TGD.

Aunque los síntomas están siempre presentes antes de los 3 años de edad, normalmente no se diagnostica sino hasta 2 o 3 años después de que aparecen.

Estas son algunas de las señales de TGD:

  • El niño es incapaz de comunicarse e interactuar. Le cuesta comprender a los demás, expresar y reconocer emociones y sentimientos (propios o ajenos).
  • No mira a los ojos, tiene problemas para crear vínculos afectivos o le resulta complicado mantener una conversación.
  • Presenta un coeficiente intelectual superior a la media (en este caso se trata de un TGD ligero).
  • Tiene un retraso intelectual ligero, moderado o profundo (en este caso se habla de un TGD profundo).
  • Tiene una memoria bastante selectiva. Puede recordar muchos detalles de temas que le interesan, pero no presta atención a otros asuntos.
  • Le cuesta mantener un ritmo, tono, volumen y entonación adecuada.
  • Tiene un vocabulario reducido.
  • Se le hace difícil seguir instrucciones.
  • Tiene dificultades para desarrollar la motricidad fina y la coordinación motora.
  • Presenta respuestas inadecuadas a los estímulos sensoriales.

El diagnóstico precoz de los TGD aumenta las posibilidades de alcanzar la autonomía, realización, personal y mejorar la comunicación con otras personas. Los padres son los primeros en notar los signos, pero el pediatra es quien puede dar un diagnóstico en los controles médicos.

¿Cómo puede ayudar el tratamiento en cámara hiperbárica?

Estudios científicos sugieren que la aplicación de cámara hiperbárica ayuda a la recuperación y rehabilitación de niños con alteraciones neurológicas, de socialización y desarrollo, principalmente porque al respirar altas dosis de O2, la hiperoxia incrementa el volumen de oxígeno disuelto en el plasma sanguíneo, que alcanza los tejidos menos irrigados. Algunos autores señalan que en el cerebro de los niños con TGD hay un nivel más bajo de flujo sanguíneo.

El tratamiento reduce el edema, redistribuye el flujo sanguíneo y mejora la oxigenación cerebral, reduce la espasticidad y los temblores, mejora la función cognitiva, la neuroprotección y aumenta la calidad de vida.

Fuentes

De Iudicibus, Laura. Trastornos generalizados del desarrollo, Revista Argentina de Clínica Neuropsiquiátrica, vol. 17, Nº 1, junio de 2011.

Etapa Infantil. TGD: Trastorno generalizado del desarrollo, vía https://www.etapainfantil.com/tgd-trastorno-generalizado-del-desarrollo.

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